domingo, 1 de abril de 2012

YOU ARE SO BEAUTIFUL

No hay nadie en Chile que no conozca su nombre, nadie que ignore las circunstancias de cómo sucedieron las cosas, de las horas de tormento, de la fechas 3 de Marzo y 27 de Marzo, 2012 19:45 hrs. Nadie desconoce su mirada casi adolescente, su rostro de niño. De lo que quería hacer con su vida: Diseñador de vestuario o Modelo profesional. De que le gustaba la música de Britney Spears y la de Placebo, Cold Play y muchas cosas más. Hay tanta información que manejamos. Tal vez en un afán de conocer de su vida, de cómo era su día a día, de qué cosas lo hacían reír y qué lo entristecía. Conocer a alguien que nos quitaron antes de tener la oportunidad de querer, Un partner, un confidente, un consejero, un amigo del alma. Si, pudo haber sido todo eso y mucho más para alguno de nosotros, pero no nos lo dejaron, lo mataron sin piedad, sin un rasgo de compasión. Ni siquiera quiero llegar a imaginar qué sucedió durante esas horas de tortura, porque me duele el estómago y me da nausea tanta violencia.


¿Quién tiene la culpa? ¡Sí, por supuesto cuatro hombres desalmados! Cuatro asesinos, pero ¿quién más? Sí. Porque este crimen y muchos otros tuvieron un gran caldo de cultivo. La idea generalizada de nuestra sociedad de que si le pasa a un "mariconcito", o a un "transgénero" o "travesti", o a una "tortillera" no está mal, no es un delito, no es algo que merezca la pena de ser perseguido judicialmente. 

Pero ¡Oh sorpresa! Esta vez la gente sí se enteró y sí le importó, porque no se estaba asesinando a un engendro de la naturaleza, ni a un pervertido. Era el hermoso hijo de una de nosotras, era el hermoso hijo de uno de ustedes, y todos lo reconocimos como nuestro. Un hermoso ser humano, lleno de alegría, de inquietudes, de sueños y planes; cortados en los albores de su juventud. 


Este es el sentimiento que necesita este país: saber que son personas tal cual lo son todos. -Ya el tener que reafirmarlo me agota y me parece una soberana estupidez - 


Lo necesitan saber los legisladores y la jerarquía eclesiástica que tienen miedo de dar demasiado ¡Porque líbrenos el Señor de que se nos escape un detalle y "estos" logren casarse! ¡Eso sería el fin de nuestra sociedad! Sí, tal vez necesitamos el fin de esta sociedad tal como está ahora con sus abismantes y monstruosas desigualdades. 


La conciencia humana ha despertado o lo que es lo mismo decir, está dando grandes pasos hacia seres humanos más evolutivos, empáticos con las necesidades de sus congéneres. Las nuevas generaciones están claramente más conectados con los valores y los principios solidarios. 
Y yo estoy feliz de vivir para verlo y palparlo.