domingo, 12 de noviembre de 2017

CONSCIENCIA INTERNA

Cuando se trata de la religión que se supone adora a Dios, siempre tengo que ser el ser humano indigno, el ser humano que no es capaz de hacer nada bueno con su vida, un miserable gusano; deshonrado, arrastrándose por el suelo. ¿Por qué es necesario para ellos que sea esa mi condición, para ser aceptado en el círculo más íntimo de Dios? ¿Siempre es necesario, estar en una actitud de perdedor delante de Dios? ¿Es eso lo que, realmente quiere Dios, de la humanidad? ¿Por qué? ¿No suena eso a un ser inseguro de su omnipotencia y divinidad? ¿El creador de todo y además creador del universo? ¿De verdad Dios necesita que hagamos algo por él... cualquier cosa?




En nuestro siglo XXI se está entendiendo, claramente, que no es sintiéndose como individuos inútiles y dependientes, subordinados totalmente de un Dios que tiene la necesidad de acaparar toda nuestra devoción. Toda nuestra adoración. Toda nuestra voluntad al servicio de... No es que ni siquiera de Dios mismo sino, supuestamente, de sus servidores los cuales muchas veces ni siquiera tienen una preparación profesional para tratar a personas con grandes traumas, dolores, carencias. Trayendo consigo historias de destrucción, de violencia, etc. Que necesitan contención. Amor por sobre todas las circunstancias que hayan pasado; y ser aceptados con sus historias. Cada una de sus historias. Deberían ser amados por ellas. No ser obligados a deshechar lo que hasta ese momento de su vida han vivido. O tener todo lo anterior como si fuera algo demasiado malo, de lo cual alguien tiene que librarnos. De hecho si somos lo que somos, es debido a nuestra forma de vivir, la misma que nos ha llevado hasta ese punto.

De nuestras decisiones e indecisiones, nuestras acciones e inacción, nuestras habilidades e inhabilidades, aprendemos. Bajo ninguna circunstancia debemos aceptar que se nos demonice esa parte nuestra porque está ahí por algo. De nuestros errores tenemos que aprender; de lo que hemos hecho y de lo que nos hemos abstenido de hacer.

sábado, 11 de noviembre de 2017

PORQUÉ DEBEMOS SER PARTE EN CONDENAR LOS CASOS DE ACOSO SEXUAL

Estuve leyendo un comentario que dejó un usuario en una publicación del caso de Kevin Spacey y su comportamiento. Mal comportamiento; debo decir; "que sería mejor que se terminara la serie House of  cards con el mismo actor, 'porque la serie es tan buena' y ya después del termino se podría juzgarlo y todo." Pienso que como sociedad no podemos hacer de la vista gorda con algo tan grave como un acoso sexual; en todos sus niveles. Me pareció de un egoísmo tremendo. Definitivamente debe haber un reacción, ojalá, inmediata a este tipo de crimen; si, porque es un crimen, un delito, que está trizando la vida de una persona. Y al final del día no importa quién es esa persona. Podríamos ser alguno/a de nosotros/as o alguno de nuestros/as hijos/as o hermanos/as el día de mañana. Es nuestro deber, como sociedad, condenar este tipo de conducta en conjunto porque si no se hace de una manera tajante e inmediata esto no va a parar y estaríamos dando una señal equívoca y retardada: 'Si. Usted acosó a persona o personas, compañeros de trabajo que estaban subordinados a usted, inclusive a menores edad, pero no se preocupe termine tranquilo su trabajo y ya veremos después qué hacer con esto'.

¿Cuál sería el mensaje que se estaría enviando? El mismo mensaje que se ha enviado durante décadas, pero se tiene que parar; y debemos ser todos como sociedad. Así es como se construye una sociedad sana.