lunes, 14 de noviembre de 2011

ÁNGELA

La hora se hacía larga para salir. El día estaba muy caluroso. Los rayos del Sol entraban por lo ventanales del salón de clases, creando figuras espectrales en la pared. Se encontraba distraida en la clase de Historia Americana. No podía dejar de pensar en su mejor amiga María José, compañera desde el primer año de colegio,  La idea de no volver a verla jamás era algo que no podía soportar. En el pecho, el corazón se le apretaba cada vez que la recordaba. Tanto como ver la silla de María José ocupada por un compañero. ¡Cómo le hacía falta su amiga para contarle todos esos secretos que solían compartir! Que Maxi la había mirada de reojo y que a ella la había dolido el estómago. Decirle que los compañeros no la olvidaban y que sobretodo Juan Pablo, pololo de María José, la recordaba con mucho amor. Pero María José ya no estaba; y el dolor de su ausencia se unía a la rabia de la espantosa manera en que había muerto.

El timbre de salida la sacó, bruscamente de sus recuerdos y Pena. 

María José, había sido brutalmente asesinada, después de haber sido ultrajada sexualmente por un psicópata; en una seguidilla de homicidios de más de una docena de niñas adolescentes, en el poblado. El terror se encarnó en el pequeño pueblo; especialmente el liceo y sobretodo en la niñas. Aunque el homicida fue descubierto; se sospechaba que no actuaba solo. Eso mantenía en constante angustia a las familias del lugar, particularmente a Ángela. Para ella se había vuelto una tortura salir a la calle sola. Ella recordaba cómo eran las cosas antes de aquella pesadilla. Le gustaba ir a la plaza y juntarse con sus amigos. Salir a media tarde y charlar con ellos hasta que anochecía, pero ahora todo era diferente, ya no se escuchaban sus risas en la plaza; y el atardecer llegaba con toda la incertidumbre del miedo nocturno. 

Ese día Ángela estaba más absorta en sus pensamientos que de costumbre y no se dio cuenta que sus compañeros se estaban yendo rápidamente. Con su cotextura delgada, sus 15 años, su cabello largo y sus grandes ojos marrones, Ángela Jaramillo no pasaba inadvertida por su hermosura.

Cuando salió del Liceo no encontró a ninguno de sus amigos. 

Comenzó a caminar hacia su casa que quedaba a unas cuadras del colegio, pero no se veia a nadie por ningún lado, eso empezó a ponerla nerviosa. Sin darse cuenta sus pasos se fueron acelerando y a medida que avanzaba tuvo la sensación de que alguien la seguía. Por un momento quiso mirar hacia atrás, pero no pudo hacerlo. El terror de que sus temores se volvieran realidad, la paralizaron. Se encontró corriendo por las calles como una loca; sin poder razonar. Corrió hacia una esquina y cayó de rodillas, gritando y suplicando histericamente: - ¡No, no por favor no me haga daño! - Pero sólo le respondió el silencio. 

Lentamente se fue tranquilizando, hasta darse cuenta que aún estaba completamente sola. Miró para todos lados y entendió que nadie la había seguido, de pronto escuchó que alguien gritaba su nombre: - ¡Ange! ¡Ange! - Era la voz de Maxi. Trató de llamarlo, pero no le salió sonido de la garganta. Estaba paralizada, su cuerpo estaba helado, sus manos transpiraban y todo su cuerpo temblaba. Cuando logró encontrarla, ella estaba en estado de shock: - ¡Ange¡ Todo está bien. Te voy a llevar a tu casa. - Cuando ella logró reaccionar se arrojó a sus brazos llorando: - ¡Tuve tanto miedo Maxi¡ - El la ayudó a levantarse y juntos caminaron a su casa.

A lo lejos la mirada llena de maldad de un psicópata, contemplaba la tierna escena: - ¡Pronto pequeña, pronto¡ - 


Hace años escribí este pequeño relato en memoria de las víctimas de Alto Hospicio, como un homenaje y recordatorio para que jamás se vuelva a desoir el sufrimiento de las familias que se vieron abandonadas en un principio por las Autoridades y las Instituciones policiales.

Aquí los nombres de las 14 víctimas:

Graciela Monserrat Saravia Tapia. Violada y asesinada el 16 de Septiembre de 1998. 
Ornella Deyana Linares Cepeda. Violada y asesinada en el mes de Abril de 1999.
Ivon Alexandra Carrillo Lefno. Violada y asesinada en el mes de Agosto de 1999.
Macarena del Carmen Sanchez Jabre. Violada y asesinada el 24 de Noviembre de 1999.
Gisella Melgarejo Navarro. Violada y asesinada en el mes de Febrero del 2000.
Sara Marisol Gómez Cuevas. Violada y asesinada el 21 de Febrero del 2000.
Angélica Lay Alcayata. Violada y asesinada el 24 de Febrero del 2000.
Laura Andrea Zola Henríquez. Violada y asesinada el 23 de Marzo del 2000. 
Catherine Elizabeth Arce Rivera. Violada y asesinada el 5 de Abril del 2000. 
Patricia Edith Palma Valdivia. Violada y asesinada el 22 de Mayo del 2000. 
Macarena Cecilia Montecinos Iglesias. Violada y asesinada el 2 de Junio del 2000.
Viviana Melisa Garay Moena. Violada y asesinada el 20 de Junio del 2000.
Daysi Sara Castro Mamani. Violada y asesinada el 22 de Mayo del 2001.
Angélica Miriam Palape Castro. Violada y asesinada el 23 de Agosto del 2001.

Que descansen en Paz 













domingo, 6 de noviembre de 2011

OCASO

Ámame despacio y lento,
y también con locura.

Siénteme en el intervalo
como pensando
que jamás volverás
a amar de nuevo.

Dame el último
minuto de tu vida.
Cuando tus labios
hayan olvidado
el sabor del último
beso dado.

Cuando en tus febriles 
madrugadas, 
tu cama ya luzca vacía.
Y tus ansias perezcan 
sin fuerzas ni esperanzas.
Entonces y sólo entonces;
más aún...  ámame.


sábado, 5 de noviembre de 2011

PULSARES

Vértigos, mariposas
en el vientre.
Dando vueltas
y vueltas. Saltando
de Luna en Luna.
Saliendo a caminar
por las estrellas.
¿Dónde estoy?
Donde tú me dejaste.
Volando en el espacio,
sin suelo ni cielo.
¿Dónde estoy?
Sola y demasiado libre.
¡Ánclame a tus caderas
y no me dejes ir!
¡Porque es mucha libertad
para tan corta vida! 
 

EPICENTRO

Velada e intrínsecamente
y a veces explícitamente
tú estarás inserto
en cada página,
y en cada emoción
de estas vivencias.
Mis amadas vivencias.

En lo más hondo
de mis profundidades.
Velada e intrínsecamente
y a veces explícitamente
tú estás. Y aún estarás.

Porque el deleite
que me brinda el amarte,
es millones de veces mejor
que el de no amar.

CIMA

Déjame sentir, y morir
en esta intensa realidad.

Hazme creer que sólo nací
para este momento.

¡Estrújate en mí,
y empápame de ti!

Regálame este
efímero segundo.

¡Y por tu alma y la mía;
perpetúalo en el tiempo!

Porque te deseo profundamente;
y no hay nada más allá de ti,
y nada más que el ahora.

MAREA

Boca gris de la inmensidad.
Luz escondida. Siento frío
hasta los huesos, cubriendo
toda la extensión.
Te retiras y luego vuelves,
tratando de amedrentar
con tu venganza.
¡Oh muerte segura!
¿Contra quién peleas tanto?
¿Quién me mata?
¿Y quién te mata? 

jueves, 3 de noviembre de 2011

BIBLIA, CRISTIANISMO Y HOMOFOBIA. UN ÚNICO CAMINO, EL AMOR

El siguiente texto es la parte conclusiva de un documento más extenso que está elaborando la Comisión de Religiones. Su propósito es demostrar que las presuntas fuentes bíblicas de la homofobia y las posteriores actitudes de las iglesias contra los gays, son objeto de profundo debate intelectual y teológico, y que cabe razonablemente esperar modificaciones en su interpretación, que debe hacerse a la luz de la esencia del mensaje de Cristo, que es el amor.
La interpretación literal de versículos aislados de la Biblia, a su propia luz y no a la luz del mensaje integral del cristianismo, ha sido responsable de injusticias y crueldades en diversos campos y a veces durante milenios.
Sin embargo, aunque esos actos se basaban en versículos tanto o más categóricos que los esgrimidos contra la homosexualidad, las iglesias cristianas acabaron viéndose forzadas a hacer nuevas lecturas de ellos.
He aquí algunos casos especialmente significativos:
-Matar brujas: “A la hechicera no dejarás que viva”, Éxodo XXII, 18. Tras ochocientos años de cristianismo ignorando este versículo, en cierto momento se lo puso en práctica y vino casi un milenio de persecución y quemas. Cuando la sociedad hizo imposible que esto siguiera ocurriendo, las religiones cristianas tuvieron que optar por desentenderse nuevamente de un mandato contrario a, entre otras cosas, el amor cristiano.
-Legitimidad de la esclavitud: Levítico XXV, 44-46, Efesios VI, 5, Colosenses III, 22. Por cerca de dos milenios el Cristianismo nada tuvo que oponer a la esclavitud y la propia Iglesia Católica no solo la aprobó, sino que ella misma poseyó y comerció esclavos.
-“Parirás con dolor tus hijos”: Génesis III, 16, condena de Yavé contra la mujer, obligó a las iglesias cristianas a repudiar el parto sin dolor hasta que la realidad se los impuso.
-Geocentrismo: el relato bíblico, coincidente con la antigua astronomía griega en poner la Tierra como centro del universo en torno al cual giran los astros, significó las condenas de Galileo y Copérnico por el descubrimiento del sistema heliocéntrico.
-Condena del evolucionismo: la lectura literal del relato del Génesis sobre la creación del mundo significó la condena de la evolución hasta que recién el Papa Juan Pablo II declaró que era compatible con la creación.
-Pena de muerte y formas de ejecución: la Biblia las menciona más de mil veces, e incluye entre ellas lapidación, degüello, pasar a cuchillo y matar a filo de espada. Hasta fines del siglo XIX la pena de muerte se aplicó en los Estados Pontificios. Hoy, El Vaticano la rechaza tajantemente.
-Los obispos deben ser maridos de una sola esposa: en este caso, el mandato de que los obispos prescindan de tener varias esposas acabó convertido en la prohibición de que tengan ni siquiera una.
-“Vende todo lo que poseas y lo que saques dáselo a los pobres”: estas inequívocas palabras pronunciadas por el propio Jesucristo corresponden a uno de tantos preceptos que las jerarquías eximen de interpretación literal y cuyo cumplimiento optan por no exigir.
Podrían agregarse muchos casos en los que las religiones cristianas se opusieron, por ejemplo, al pararrayos y la anestesia, argumentando que contrariaban la voluntad castigadora de Dios, así como a la disección de cadáveres para el estudio de la medicina, a la transfusión de sangre y a la inseminación artificial, por antinaturales.
Un listado más completo de mandatos o permisiones bíblicas que el paso del tiempo obligó a dar por superados incluye “Matar a los adúlteros” (Levítico XX, 10), a los homosexuales (Levítico XX, 13) y a los que trabajan en sábat (Éxodo XXXV, 2); “Exiliar” a los que comen sangre (Levítico VII, 27), a los que sufren enfermedades de la piel (Levítico XIII, 46) y a los que tienen relaciones sexuales con sus esposas durante la menstruación (Levítico XX, 18). A los blasfemos hay que lapidarlos (Levítico XXIV, 16), y quemar a las prostitutas de padre sacerdote (Levítico XXI, 9). Los padres pueden vender a sus hijas como esclavas (Éxodo XXI, 7), las prisioneras de guerra pueden ser violadas o tomadas a la fuerza como esposas (Deuteronomio XXI, 10-14), a los prisioneros de guerra se los puede arrojar por un precipicio (II Corintios XXIV, 12) e, incluso, es lícito sacrificar niños a Dios a cambio de su ayuda en la batalla o para que ponga fin a una hambruna (II Reyes III, 26-27, II Samuel, 21).
Merece destaque el hecho de que los ajustes efectuados en la interpretación de pasajes semejantes nunca tuvieron lugar por iniciativa de las jerarquías religiosas, cuya extrema prudencia les impone ir a la zaga, sino al revés, siempre fueron forzadas a ellos por la sociedad laica o civil, y todo indica que de la misma manera ocurrirá en el futuro.
Los casos presentados bastan, no obstante, para probar que la eternidad de la palabra de Dios no radica en su aplicación literal a toda época. Radica en su lectura y práctica acorde al espíritu que impregna el mensaje cristiano y a las circunstancias históricas y sociales.
A diferencia de iglesias y congregaciones cristianas de Europa y Estados Unidos, las de Chile aún se resisten a efectuar las lecturas y exégesis bíblicas que permiten considerar también a los homosexuales como hijos de Dios sin exigirles amputarse su naturaleza propia.
Visto a largo plazo, sin embargo, el camino que seguirán las iglesias ante la homosexualidad no podrá ser otro que el del amor, es decir, el que ya han seguido, en el pasado, con la esclavitud o con el parto con dolor: leer los respectivos pasajes bajo la iluminación del mandato de amar, y no con el fin de contraponerlos a él.
La única manera de que la marcha de la Humanidad no deje atrás y obsoletos los mandatos de las Sagradas Escrituras y de que, al contrario, estas sigan brindando el bien de acoger, apoyar y acompañar a los seres humanos,  se encuentra en leerlas bajo la inspiración del único gran mandamiento de Jesús, sustancia y eje de su doctrina, que es el amor. El amar.
Para la teología, Dios es amor, y de la exuberancia de su amor brotó justamente el universo y el hombre: su amor es el “que mueve el sol y las estrellas”, al decir del Dante. Asimismo, “por amor dio Dios su Hijo al mundo” y por amor murió Jesús en la cruz.
Para la filosofía cristiana, en tanto, el amor, según Santo Tomás de Aquino, es “Querer el bien de otro”.
De esta manera, tanto para el pensamiento filosófico como para el teológico, el centro nuclear de la cosmovisión cristiana está en el “querer el bien de otro”, o del otro: el amor de Dios nos da la existencia, el amar a Dios es querer su Gloria, y el amar al prójimo es querer su felicidad tanto como si se tratase de la propia.
Desde esta perspectiva, entonces, resulta de plena evidencia que la clave para la interpretación consistente de cualquier pasaje bíblico controversial debe buscarse en el espíritu manifestado por palabras tales como las siguientes:
“Así que, no juzguemos más los unos de los otros; antes bien juzgad de que no pongáis tropiezo o escándalo al hermano.” “Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que por amor a él nada hay inmundo; mas a aquel que piensa de alguna cosa ser inmunda, para él es inmunda.”  “No debáis a nadie nada, sino amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, cumplió la ley.” “No adulterarás; no matarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio; no codiciarás: y si hay algún otro mandamiento, en esta palabra se resume: Amaras a tu prójimo como a ti mismo.”(Romanos XIV, 13-14, XIII, 9).
Palabras también como las de San Juan, Primera Epístola, II, 9-11:
“Quien dice que está en la luz y aborrece a su hermano, está aún en las tinieblas.  Quien ama a su hermano permanece en la luz y no tropieza.  Pero quien aborrece a su hermano está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe a dónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos.”
Palabras, asimismo, como las del propio Jesús, de cuyos labios nunca salió una condena de la homosexualidad:
“Mi mandamiento es este: ámense unos con otros, como yo los he amado. No hay amor más grande que este: dar la vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos si cumplen lo que les mando…” (Evangelio de San Juan, XV, 12-14).
Comisión de Religiones
Fundación =Iguales 
(TOMÉ ESTE ARTÍCULO DEL SITIO WEB:  http://www.iguales.cl  PORQUE ES EXCELENTE PARA EXPLICAR LO QUE YO NO CONSEGUÍ HACER NUNCA; AUNQUE BUSQUÉ HACERLO MUCHAS VECES. 
PORQUE YA ES TIEMPO DE RE-EVOLUCIONAR EN TODO ÁMBITO, HASTA LLEGAR EL MOMENTO DE QUE NINGUNO SEA MENOS QUE EL OTRO, DECIDÍ SUSCRIBIR A ESTE ARTÍCULO EN SU  TOTALIDAD.) 
MONA RUBILAR AHUMADA

miércoles, 2 de noviembre de 2011

NIÑO

Detrás de tu corazón, 
habita el Hada de las Luces. 
Que refleja en tus ojos, y en tu sonrisa
la Luz de los Benditos.

Ella juega con tus cabellos suaves y negros.
Se desliza por tus mejillas y llega 
hasta el borde de tu barbilla.

Jugueteando se cuelga de tu cuello
y baja por tu polerita amarilla.
Aquella que cubre tu piel blanquita.

Yo imagino que soy esa Hada, 
que ilumina tu mirada y te hace sonreír.
Imagino tu voz suave,
riendo en oleadas de carcajadas.

Como sólo la gente pura sabe ser feliz.