domingo, 6 de noviembre de 2011

OCASO

Ámame despacio y lento,
y también con locura.

Siénteme en el intervalo
como pensando
que jamás volverás
a amar de nuevo.

Dame el último
minuto de tu vida.
Cuando tus labios
hayan olvidado
el sabor del último
beso dado.

Cuando en tus febriles 
madrugadas, 
tu cama ya luzca vacía.
Y tus ansias perezcan 
sin fuerzas ni esperanzas.
Entonces y sólo entonces;
más aún...  ámame.


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