miércoles, 28 de septiembre de 2011

ESENCIALMENTE MUJER


Cuando pensé que
el otoño había llegado
para hacer mi retirada
tranquila y quieta;
me descubriste,
sin proponértelo,
como un botón de rosa
que se abre a las caricias del Sol.

Cayeron sobre mis pétalos
el rocío de nuestras
madrugadas. Y renací
con toda la fuerza
de mi olvidada juventud.
Tú. El torbellino que
le dió vida a mi vida.

¡Si supieras lo que
hiciste por mí!
Rosa ajada por el viento,
que sólo esperaba
una salida discreta,
silente y quieta. 







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